jueves, 3 de octubre de 2013

Mapa del pasado

De esos cinco años solo dos estuvimos bien. Antes de que se casara era mi novio.
Se casó porque embarazó a la chica con la que me engañó. Ya sé que soy una pendeja pero era joven y estaba enamorada… y además traía todo el perfil de mujer sufrida.
Cuando tenía 15 años lo conocí y en ese entonces en mi familia había pedos enormes.
Mis padres casi se divorcian. Yo no creía en el amor ni en la fidelidad pero creía en él y en que me quería y que mi vida era un poco menos mala si él me quería un poco. Él era cinco años mayor que yo y era amigo de mi hermano mayor, que estaba medio loco y en medio de todo ese caos él fue una especie de refugio y luego una cárcel de permanencia voluntaria.
Yo no pude dejarlo hasta el 13 de noviembre de 2012 cuando ya no pude más.
A lo mejor no sé mucho de la vida pero si sé de la dependencia emocional y de la sumisión.
Fue una relación seria. Seriamente destructiva.
Lo quería y quería creer que él me quería también. Él no era malo. Me toco conocer esa parte de él que hace daño.
Y era un círculo vicioso.
Me trataba bien mal y me cogía estupendamente y luego me trataba muy bien y desaparecía cuando yo me ponía demasiado cursi. Pero luego le entraban ganas de lastimarme y regresaba y volvía a tratarme mal y me volvía a coger bien rico y luego me trataba como a una princesa y de nuevo me dejaba y así sucesivamente.
Tengo que admitir que me gustaba todo eso.
Sentir sus manos estrujándome y casi asfixiándome.
Su verga enorme partiéndome en dos.
Sus dientes en toda mi piel. Su voz gritándome que era su putita. Sus juguetes…
Y luego ese cariño inmenso que le nacía luego de cogerme hasta que me hacía llorar del dolor y de placer. Y luego sus ausencias largas e insoportables y mis salidas con perdedores a los cuales ridiculizaba en sus regresos triunfales.
Y más dolor y más placer.
Y más sumisión y más amor.
Y hundirme más en esa espiral.
Hasta que fue más que suficiente.
Y me fui.


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