jueves, 24 de octubre de 2013

Después de la primera parada

Esa fue la primera vez que salí con él.
Nada que ver con la primera vez que salí con A.
Solo fuimos a un parque, me compró una nieve y después de insinuar que era una alucinación mía me besó.

El punto es que ese día en que yo iba a ver a los dos no pude librarme de A y me llevo hasta donde estaba J. Besé a A enfrente de J.
Y no sé si J no se dio cuenta o si se hizo pendejo.
Y luego A se fue sabiéndose derrotado porque en cuanto vi a J solté la mano de A y salí corriendo a sus brazos. Fue incomodísimo.
No sabía dónde meterme.
Pero sé fingir y pues nada.
Fui con J al cine. 
Vimos una película que era mi justo retrato. Cuando salí del cine quería llorar.
Él se puso a fumar y a mi casi se me salían las lágrimas. Fuimos por un café.
Y luego cada uno se fue a su casa. Le envié un mensaje que decía: Te quiero. Ya lo dije.
Le envíe el mismo mensaje a A.
Obviamente el segundo no me contestó.
Cuando, luego de unos días de “perdóname no quiero que pienses mal de mí” al fin logre que A me hablara y deje de hablar con J y borre todos sus mensajes porque A me había dicho que podía hackear mi cuenta y ver todo lo que yo decía y hacía. Me entró miedo.
Yo quería seguir saliendo con los dos. 
Así uno una semana y otro la otra. 
Era divertido porque ambos me gustaban un montón y no podía ni quería decidirme por uno solo.
Le conté a mi amiga en común con J mi problema y ella dijo que tenía que decidirme y bla bla bla.
Yo solo quería divertirme y no quise acordarme de que con las personas no se juega.
Así estuve como un mes. Cuando decidí que iba a decidirme por uno salí con el primero que pudo.
Un amigo mío me dijo que no jugara a eso. Que me iba a quemar. Yo le dije que ya iba a terminar con eso. Que quería mucho más a A, él dijo que tuviera cuidado. Entonces solo saldría con A.
Recordé que estaba enamorada de él desde hacía mucho tiempo y la chingada.
Trataba de convencerme a mí misma de que J no existía y que no lo había besado y que no había pasado nada con él. Que no habíamos salido tres veces, casi sin querer, y que quería a A.
Él (J) ya sabía que yo estaba saliendo con alguien más. Supuse que lo entendería.
Entonces ahí voy de estúpida a enamorarme de un chico lindo que era todo lo contrario a mi ex para que me diga que no está listo para una relación. Baboso. Yo tampoco estaba lista para una relación. Como dije, hacía poco había terminado con ese sujeto con el que dure 5 años y sin embargo estaba dispuesta a correr el riesgo. Quería una nueva relación. Y él no.
Me dolió mucho que me dijera eso. Me senti ridícula, patética, triste como un payaso suicida.
Era una prostituta rechazada por cobrar demasiado barato. Me había humillado.
Yo le estaba regalando mi corazón en bandeja de plata y él de pronto decidió que era demasiado. Pero sé que también es mi culpa y por eso ya no lloro.
Dicen que solo aceptamos el amor que creemos merecer.
No te puedes enamorar de alguien en solo dos citas.
Cometí exactamente aquello que siempre critique de mis antiguos pretendientes.
Ellos, los muy patéticos, decían quedar perdidamente enamorados de mí luego de verme dos veces. Y yo me reía por dentro y decía: mentiroso de mierda. Y les decía que ya no quería verlos nunca más. Ellos lloraban y pataleaban y no entendían por qué.
Y yo tampoco sabía bien porque lo hacía.
Pero lo hacía.
Por lo mismo nunca salí más de dos veces con el mismo.
Y la vida da vueltas. Y me envenenaron con el mismo veneno que yo envenene.
Como soy muy orgullosa decidí no volver a verlo nunca más. Él dijo: estas muy triste, no te pongas así, no te estoy cortando. Pero no somos nada. No aun. Dame tiempo blablablablablablablabla. Cuando me estaba despidiendo de él dijo:
La regué, ¿Verdad? Sí. Le dije yo. Y me fui.
Estaba muy triste. Quería llorar. Me sentía fatal.
Cuando iba sola en el metro pensé que quería hacer lo que él decía.
Si éramos igual de dramáticos y exagerados y sentidos… ¿Habría funcionado? Corrección.
¿Funcionará? Me pregunte a mí misma y me decidí a darle una oportunidad.
Quise darle tiempo a que sus heridas sanaran y esas cosas. Y jamás pensé que pasaría lo que paso.
J seguía buscándome. Dijo que no podía darle un beso y desaparecer. Le dije que si, que por eso era la maga. Me invito a salir y decidí salir con él una vez más para decirle que ya no podía salir con él si no era en plan de amigos y me llevo a un evento de la tuna. Creo que no lo había mencionado pero es como su vida la tuna de economía. Entonces fui sin ánimos de nada y con miedo de lo que tenía que decirle. Mientras esperaba a que subieran al escenario me puse un poco borracha. Cuando me di cuenta él ya estaba en el escenario dedicándome una de sus canciones favoritas.
Y cuando menos me lo esperaba él ya estaba pidiéndome ser su novia. Con una ronda.
Fue el momento más romántico y más incómodo de mi vida.
Arrinconada y ebria como estaba solo atine a decir que sí. Que aceptaba. Nos besamos.

Aun hoy no me imagino diciéndole que no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario