jueves, 19 de septiembre de 2013

Tarjeta sin saldo. Favor de recargar.

Conocí al chico de mis sueños.
O al menos eso parece hasta hoy.
Mi nombre no importa.
Solo les diré que sueño con trenes aun cuando nunca he viajado en uno. 
Quizá por eso mismo los sueño e idealizo. 
No hay mucho que decir sobre mi.
Mi mejor amigo es el citalopram.
Vivo en una gran ciudad, las multitudes me ocasionan ataques de ansiedad y prefiero no salir de mi casa. Odio que un extraño toque mis manos.
No hago mucho con mi vida. Podríamos decir que soy un fracaso. Lo único que tengo son 20 años.
Y creo que estoy enamorada.
Así es. Estoy enamorada y no recuerdo cuando
fue la primera vez que escuché su nombre.
No entiendo cómo fue que paso todo.
Ni siquiera sé porque estoy escribiendo esto.
Yo estaba saliendo con alguien más luego de terminar con otro alguien con quien tuve una relación escabrosa de 5 maravillosos años.
Ese alguien era guapo y lindo. Me decía niña.
Lo conocí en el teatro. Bueno, antes de eso era compañero mío en la preparatoria. Y tenía novia.
Y ya sé que esto suena como la típica historia llena de clichés melosa y predecible, pero es mi historia y no sé qué hacer con todos estos pensamientos.
No soy como todas las chicas que tienen una amiga a la que le cuentan todo.
A decir verdad, no puedo hablar mucho con nadie.
Se me dificulta un poco la conversación. No tengo idea de porque hostia pasa eso. Pero pasa.
Pasa y por eso estoy aquí escribiendo algo que nadie nunca va a leer. Como si importara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario